Masacre de Orlando

Un asesino múltiple en busca de enemigos

Según el director del FBI, esa denuncia condujo almontaje de una operación encubierta en la que se le asignó un informante que estuvo trabajando con él durante 10 meses . A los 10 meses se suspendió la operación al no haber podido inducir al sospechoso a dar el siguiente paso, la preparación de un atentado terrorista.

Walter Goobar
Desde hace 15 años, más precisamente desde el 11 de septiembre de 2001 Estados Unidos vive en un estado de guerra permanente. La guerra -afirma el escritor Tom Engelhardt-, se ha convertido en una adicción que Washington no puede superar. "El apego de Washington —financiero, táctico y estratégico— al Ejército y sus supuestas soluciones a casi todos los problemas de lo que solía denominarse 'política exterior' debe catalogarse como adictivo" porque, si no, "¿cómo se puede explicar la última década y media, en la que ninguna acción militar, de Afganistán a Irak, de Yemen a Libia, no funcionó bien ni a medio ni a largo plazo (o incluso, con bastante frecuencia, a corto plazo) y, sin embargo, el Ejército de EE.UU. sigue siendo el primer recurso, no el último, en casi cualquier situación imaginable?".
La reciente masacre de Orlando, la peor desde el atentado a las Torres Gemelas, fue perpetrada por un homófobo, hijo de padres afganos, víctimas de una de esas guerras estadounidenses. Tan neoyorkino como Donald Trump, Omar Mateen –que trabajaba como guardiacárcel para la empresa GS4, considerada el mayor ejército privado del mundo-, resultó un claro exponente de esa irrefrenable pulsión bélicista.
Para sus compañeros de trabajo, Mateen era una persona de ideas racistas, sexistas y homófobas. Las llamadas que hizo al 911 incluían una mezcla confusa de sus ideas, en las que mostraba al mismo tiempo su adhesión por grupos tan diferentes y enfrentados como ISIS, Al Qaeda y Hezbolláh. También tuvo palabras en favor de los autores del atentado de Boston.
No podemos aún tener claro su retrato psicológico, pero parecía una persona atormentada por sus frustraciones personales y, sobre todo, su odio. ISIS o el yihadismo sólo eran una cobertura bastante endeble de ese odio. Odio más armas es la combinación que está detrás de la mayoría de los asesinatos múltiples ocurridos en los últimos años en EE.UU..
aunque no está probada la relación orgánica del asesino Omar Mateen, con el Estado Islámico, los dos candidatos presidenciales -Hillary Clinton y Donald Trump-, se apresuraron a declarar que era preciso bombardear Siria e Irak, y su caso ha generado una vez más un pedido generalizado para endurecer la represión contra los individuos que podrían cometer actos de terrorismo dentro de EE.UU..
El caso de Mateen no es una excepción. La mayoría de los responsables de atentados terroristas en EE.UU. desde el 11S han nacido en territorio norteamericano, no son extranjeros. Según la revista digital The Intercept -dirigida por el periodista Glenn Greenwald, que reveló los secretos del ex espía Edward Snowden-, en Estados Unidos, 88 personas han sido detenidas por apoyar al Estado Islámico desde 2014, según las estadísticas compiladas por el Programa de la Universidad George Washington sobre extremismo. Esa investigación muestra que la mayoría son jóvenes, hombres y ciudadanos estadounidenses. Sin embargo, en contraste con la propia propaganda del Estado islámico, así como las declaraciones de muchas figuras políticas, muchos de los reclutas estadounidenses de ISIS, son más patéticos que temibles. Aunque los informes de los medios han pregonado el peligro de células durmientes y lobos solitarios, la mayoría de las personas detenidas por el FBI son desequilibrados, hombres jóvenes aislados y algunas mujeres, con poca conexión con grupos terroristas internacionales.
La matanza en la discoteca gay de Orlando indica que Mateen fue motivado por la homofobia y la enfermedad mental más que por cualquier ideología militante. El legajo del asesino de Orlando, muestra las dificultades que tiene el FBI en estos casos, incluso cuando el sospechoso ha sido interrogado y puesto bajo vigilancia. El FBI había investigado a Omar Mateen por su relación con un hombre de Florida que acabó como terrorista suicida en Siria, pero concluyó que las conexiones eran "mínimas".
Según el director del FBI, esa denuncia condujo almontaje de una operación encubierta en la que se le asignó un informante que estuvo trabajando con él durante 10 meses . A los 10 meses se suspendió la operación al no haber podido inducir al sospechoso a dar el siguiente paso, la preparación de un atentado terrorista.
Prácticamente nada de esta relación del FBI con el autor de la matanza de Orlando ha llegado a los medios de comunicación y el gobierno de los EE.UU. lo ha ocultado sin dar ningúna explicación.
¿Y si Mateen se radicalizó tardíamente como consecuencia de aquella operación de provocación?
Este no es el primer caso en el que el FBI cerró una investigación sobre personas que después cometieron un atentado: el más bochornoso es el de los hermanos Tsarnaev, autores del ataque en la Maratón de Boston de 2013 que fingían ser informantes del FBI.
Por medio de documentos judiciales, entrevistas e imágenes de Google, los periodistas de The Intercept, Murtaza Hussain y Josh Begley reconstruyeron los perfiles de nueve presuntos reclutas de ISIS en Estados Unidos. La conclusión es que no se trata de terrorisstas convencidos ni entrenados.
Este es uno de esos casos: Para Mufid Elfgeeh, Internet era una vía de escape. El jugador de 30 años pasó sus días trabajando en una pizzería en una sombría zona industrial de Rochester, Nueva York, que vivía en un pequeño ático por encima de su negocio. Había vivido solo en los Estados Unidos desde los 14 años, cuando su padre abandonó el país para emigrar a Yemen. Temperamental y socialmente inadaptado, se pasaba las noches charlando con los partidarios del Estado Islámico en Twitter, que opera docenas de cuentas para tal fin.
En 2013, su actividad en línea lo había puesto en la mira del FBI. Al año siguiente, después de una operación encubierta en la que Elfgeeh se hizo amigo de dos informantes del gobierno, fue detenido y acusado de apoyo material al terrorismo. Poco después de su detención, su pizzería fue parcialmente destruida en un incendio.
Elfgeeh fue descrito por quienes lo conocieron como un hombre difícil y emocional con pocos amigos reales. En el momento de su detención, los informantes en el caso se habían convertido en la gente que pasó la mayor parte de su tiempo libre con ellos. En conversaciones con ellos, propuso matar soldados y se ofreció a ayudarles a viajar a Siria con la ayuda de sus contactos en línea.
El 31 de mayo de 2014, después de que sus nuevos falsos amigos le tendieron una trampa, Elfgeeh fue detenido.
En la actualidad cumple una condena de 22 años por apoyo material al terrorismo. Su sentencia es la más larga da a toda persona declarada culpable de apoyar a ISIS en los Estados Unidos.
Otro Caso: Después de que los padres de Nader Elhuzayel se declararon en quiebra, el motel Crystal Inn en Anaheim, en California, se convirtió en su hogar. Elhuzayel, de 25 años , vivió allí hasta su detención en el verano de 2015. El gobierno alega que había intentado viajar al extranjero para unirse al Estado islámico.
En sus conversaciones vigiladas, Elhuzayel evidenció un abrumador deseo de salir de Anaheim. Debatiendo con un amigo acerca de dónde ir, primero eligió Yemen, porque "era tan hermoso."
Él expresó deseos de morir e ir al cielo luchando con ISIS. En línea, se conectó con una mujer palestina que también apoyó al grupo.
De acuerdo con la denuncia penal , él y la mujer "profesaban amor por los demás" y acordaron reunirse para casarse. Discutieron vivir en una granja juntos y criar a los hijos."
El 21 de mayo de 2015, Elhuzayel fue detenido en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles al tratar de abordar un vuelo de ida a Tel Aviv. En este momento está siendo juzgado por cargos de apoyo material para el terrorismo y el fraude bancario.
Durante años, las autoridades estadounidenses han alertado sobre los llamados "lobos solitarios", no vinculados con grupos terroristas establecidos y vigilados. Según explican, son realmente difíciles de identificar con antelación a un ataque. Pero en el caso del atacante de Orlando, Omar Mateen, la apariencia de lobo solitario era conocida ampliamente para el FBI.
La Tecl@ Eñe
21-JUN-2016