Licenciada en Economía, integrante del plan Fénix desde 2001 y directora de la Fundación de Investigaciones para el Desarrollo (FIDE) desde diciembre de 1991, Mercedes Marcó del Pont reconoce que su interés temprano por los problemas económicos y sociales de la Argentina se lo inculcó su tío Rogelio Frigerio.
Por Walter Goobar
Es probable que a partir del 10 de diciembre, la cartera de Economía vuelva a tener cara de mujer. Uno de los nombres que suena es el de
diputada nacional del FpV porteño, Mercedes Marcó del Pont, presidenta de la Comisión de Pequeñas y Medianas Empresas de la Cámara baja. Licenciada en Economía, integrante del plan Fénix desde 2001 y directora de la Fundación de Investigaciones para el Desarrollo (FIDE) desde diciembre de 1991, Mercedes Marcó del Pont reconoce que su interés temprano por los problemas económicos y sociales de la Argentina se lo inculcó su tío Rogelio Frigerio. "Su enorme humanidad y contagiosa pasión me ayudaron en el díficil aprendizaje de leer la realidad buscando entender lo que ocurre en el núcleo de la producción y distribución de la riqueza de un país y su contracara social", dispara con una sonrisa la economista que anticipa el nuevo escenario y los temas centrales de la agenda del eventual gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
Casada, madre de tres hijos de 7, 11 y 13 Marcó del Pont confiesa que además de su actividad legiuslativa su vida discurre entre deberes escolares, romecabezas y cuentos infantiles.
--¿Estamos en un momento en el que la economía determina la polñitica?
--Hay temores que reaparecen frente a tensiones y a problemas que recurrentemente aparecieron en períodos bastante dramáticos de nuestra historia. Creo que el Gobierno se equivoca en la manera de explicar lo que está pasando con la economía en cada momento, por que se presentan determinados conflictos o cómo pueden superarse. Hay mucho en la cabeza de todos los argentinos -y en particular de la diligencia-, que tiende a dar respuestas y diagnósticos convencionales.
--Deme ejémplos.
--El tema de los aumentos de precios. La memoria inflacionaria que tenemos los argentinos hace que cuando aparecen tensiones en ese terreno, hace que -automáticamente-, prendan las recetas convencionales para conjurar ese problema. Inmediatamente te dicen: "aumentos de salarios", "menos obra pública" o te dicen que si bajara el tipo de cambio, bajarían los precios, desconociendo que -en realidad-, estas tensiones que se están dando en el terreno de los precios no tienen nada que ver con las tensiones tradicionales de inflación en la Argentina. Hay que atacarlas con medidas heterodoxas que vayan a donde se originan los problemas que tienen que ver con la oferta, la concentración de la economía, el carácter oligopólico y formador de precios de muchos sectores. Hay que tener en cuenta que la demanda interna está creciendo mucho y la demanda externa mucho más. Esos problemas que surgen del lado de la oferta y los mercados hay que contrarrestarlos con políticas distintas del pasado.
--¿Usted me quiere decir que el precio de los zapallitos y los morrones no tiene que ver con una tendencia inflacionaria?
--Lo peor en estos casos es negarque existen los problemas. Yo soy ama de casa, voy todos los días al supermercado y sé cuanto cuestan los zapallitos, los tomates y lo que pasa con los lácteos y la carne. Una economía que aspira a seguir creciendo a una tasa del 8 ó 9 por ciento, que aspira a preservar el mercado interno, va a sufrir tensiones. Es impensable creer que vamos a crecer a este ritmo con una inflación del 2 ó 3 por ciento. Por otra parte, la remuneración al trabajo viene creciendo por encima de lo que aumentan los índices internos de precios y esa es una tendencia que se tiene que sostener en el tiempo.
--Pero no de los sectores que trabajan en negro.
--Es cierto. Una de las princvipales fuentes de desigualdad es la del trabajo en negro. Un trabajador en blanco tiene una remuneración del orden del 30 por ciento superior a la del trabajador en negro.
--Por lo que dice, este problema va a subsistir .¿Se podría solucionar con medidas tradicionales como un acuerdo de precios?
--No. Eso no sirve. Hay que ver que esta pasando con las cadenas productivas, quienes se están quedando con los excedentes en esas cadenas productivas y como se distribuye ese excedente. Hay que averiguar cuales son los eslabones más débiles y el Estado tiene que salir con políticas de promoción de la inversión y ampliación de la oferta. En esta segunda etapa hay que instiitucionalizar y sofisticar las políticas de regulación. La Argentina sigue teniendo una estrctura absoolutamente concentrada en sectores que tienen que ver con la producción y la comercialización de bienes de la canasta familiar y de insumos industriales.
--¿El problema con la carne es el mismo que con las verduras?
--No es lo mismo lo que ocurre con la carne, no es lo mismo lo que ocurre con las hortalizas, o los insumos industriales de uso difundido. El problema con muchas hortalizas -como la papa tiene que ver con cuestiones estructurales. En determinados terrenos donde antes se plantaba hortalizas, ahora hay countries que han desplazado a las quintas.
--¿Cómo se soluciona eso?
--No hay que convalidar las soluciones ortodoxas que se reducen a proponer una baja en el consumo. Hasta que se solucione el problema de la oferta hay que importar hortalizas. De lo que se trata es de proteger a los sectores más vulnerables.
--¿Cual es entonces la fuente de la escalada de precios?
--La fuente de aumentos de precios en la Argentina no tiene nada que ver conlas razones monetarias, ni con la relación cambiaria, ni con la presión del salario sobre los costos, ni con el aumento del gasto público, sino con las características de los mercados, con la estructura de oferta de la Argentina y lo que está pasando con la demanda interna y externa de esos productos.
--En su calidad de economista y de usuaria del las estadísticas, ¿Qué opina sobre la polémica en torno a los numeros del INDEC?
--Como usuaria de las estadísticas, estoy convencida que son un bien público y son fundamentales para saber lo que está pasando en la realidad, para diseñar políticas económicas. Es necesario volver a fortalecer una institución que está muy golpeada. Creo que había problemas metodológicos, pero eso se hace con un abordaje técnico de los problemas. Es imposible hacer política económica si no se tienen estadísticas oficiales que sean creíbles.
--¿Hay que seguir tocando el Indice de Precios al Consumidor?
--A veces se comete un error cuando se cree que el Indice de Precios al Consumidor es un Indice de Costo de Vida. Gran parte de las manos que se metieron para modificar el IPC estaban orientados a tener un ICV.
El ICV incorpora una cantidad de cosas que el IPC no hace. El IPC mide determinados productos mes a mes indistintamente si son estacionales o no, en cambio, el ICV plantea efectos de sustitución: si yo sé que en determinados meses del año los zapallitos se van a diez pesos, en lugar de zapallitos compro acelga. Si queremos un ICV no sigamos metiéndole mano al IPC y elaboremos el otro índice.
--En ese escenario de volatilidad que usted describe, ¿cree que la crisis inmobiliaria en EEUU y en España va a afectar a la Argentina?
--En el mundo globalizado nadie está libre de ser afectado por lo que pasa en determinados mercados, sobre todo el de EEUU, pero lo que quedó claramente evidenciado en las últimas semanas es que la Argentina está mucho más preservada que en el pasado de estos cimbronazos en el mundo financiero internacional. Ese nerviosismo porque el dólar pasó de 3,11 a 3,20 tiene que ver con la memoria del comportamiento de nuestra economía. De los datos objetivos de la realidad uno advertía que no había razones para preocuparse. De hecho, era hasta deseable que el tipo de cambio aumentara porque la excesiva estabilidad del dólar también alimenta la especulación financiera. Con las reservas que tiene la Argentina, no existen posibilidades objetivas de corrida, porque podría ser conjurada rápidamente.
--¿El boom inmobiliario local no puede experimentar un fenómeno similar al de EEUU y España?
--Cuando uno mira los datos de lo que va del año uno ve que eso se desasceleró bastante. Los precios se están alineando y los márgenes ya no son tan atractivos como antes. Lo que la crisis en EEUU está generandoes una salida de recursos hacia la economía de EEUU porque los inversores se van de los bonos y de los papeles de los países emergentes y de la Argentina. Este aumento del riesgo país hace que sea más caro el financiamiento. Por eso le tuvimos que pagar a Hugo Chávez dos puntos más de tasa de lo que le pagamos en la última colocación. Argentina va a tener que absorber esa diferencia de costo financiero, pero el motor del crecimiento es el mercado interno y eso no es un dato menor.
--¿Por qué es el mercado interno?
--Nuestro crecimiento es consumo y es inversión. Y los generadores de empleo e inversión son las Pymes. Este es un dato bastante distintivo respecto de lo que esta pasando en otros países de la región. Quizás el caso más paradigmático es el vinculo con Brasil, que está creciendo en tasas vegetativas fundamentalmente a partir de las exportaciones.
--¿Además del mercado interno, la Argentina tiene el fenómeno de la soja, de la exportación de carne y los comodities?
--Detrás del fenómeno de la soja hay mucha innovación, mucho insumo, muchos fierros. No es lo mismo que exportar cobre o café. Tiene un efecto multiplicador hacia las economías regionales que no hay que minimizar.
--¿Qué nuevas tensiones prevee para esta etapa?
--Siempre en períodos electorales aparecen versiones que generan inceridumbre, pero si uno mira los datos objetivos, no existen condiciones objetivas para que haya escapadas por el lado de los precios, ni corridas por el lado del dólar ni una desaceleracion en el crecimiento económico.
Creo que habría que revisar la política cambiaria que también requiere más sofisticación. Hay que ver que pasa con el capital especulativo. Contrariando lo que dice la ortodoxia habría que buscar mecanismos para desestimular el ingreso del capital especulativo. También hay que rediscuttir la cuestión tributaria.
--¿Cuál será el signo de la política económica de Cristina?
--Es una profundización del rumbo. Hay un reconocimiento muy claro a la necesidad que este régimen de acumulación requiere inversión genuina y funcional a los objetivos de desarrollo del mercado interno y de inclusión social. Lo que viene es una profundización del modelo vinculado a lo productivo y no a lo financiero.
--¿Cuáles son los temas que la obsesionan?
---El del trabajo en negro. Estoy convencida que la Argentina pued crecer a tasas altas pero hay que identificar los cuellos de botella por el lado de la inversión. También me preocupa cual va a ser el rol del sector público y del sector privado. El tema de la inversión es fundamental, y creo que se requieren políticas más específicas para la cuestión de la desigualdad.
..Se la menciona como una de las candidatas a ocupar el ministerio de Economía
--Me gustaría colaborar desde donde me toque porque pienso que todo lo que no significa avanzar o profundizar es retroceso. Hay muchísimo para hacer.
Revista 7 Días
09-ADO-2007