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Esa mujer

A bordo del Tango 01, Cristina confió a este y otros cronistas presentes que aquella experiencia la había conmocionado: “De todos los viajes que he realizado hubo sólo dos en los que me he sentido protagonista de una película”, dijo. “La primera vez fue cuando estuve en el Kremlin y visité la Tumba del Soldado Desconocido y, la segunda, durante este viaje en el que intentamos restituir el poder a Zelaya.”

Walter Goobar
En los primeros días de julio de 2009, una indignada Cristina Fernández de Kirchner viajó a la sede de la OEA en Washington para tratar de conjurar el golpe de Estado perpetrado en Honduras contra el presidente Manuel Zelaya. En esos días, Néstor Kirchner había sufrido una dura derrota en las elecciones legislativas y la derecha argentina estaba más cebada que nunca, pero la Presidenta comprendió que en Honduras se jugaba el destino de toda América latina. Aunque los golpistas hondureños cerraron el espacio aéreo de su país, una desafiante Cristina Kirchner ordenó al comandante del Tango 01 que aterrizara en la vecina El Salvador para respaldar el fallido intento de retorno de Zelaya. “Esto no es por el presidente Zelaya. Es por nuestros hijos y por los hijos de nuestros hijos”, fraseó con la voz quebrada en San Salvador y –casi sin quererlo– se despojó de una suerte de coraza artificial con la que pretendía proteger su extrema sensibilidad.
A bordo del Tango 01, Cristina confió a este y otros cronistas presentes que aquella experiencia la había conmocionado: “De todos los viajes que he realizado hubo sólo dos en los que me he sentido protagonista de una película”, dijo. “La primera vez fue cuando estuve en el Kremlin y visité la Tumba del Soldado Desconocido y, la segunda, durante este viaje en el que intentamos restituir el poder a un presidente que –aunque esté en las antípodas ideológicas de lo que yo pienso– es el legítimo gobernante de su país.”
Cristina se siente en su salsa protagonizando silenciosas –y no tan silenciosas–, batallas internacionales. Nadie que la haya visto actuar en esos escenarios puede poner en duda su apasionado compromiso personal, político y afectivo con la integración latinoamericana y su defensa a ultranza del mutilateralismo.
La Presidenta no había dudado en ponerle el cuerpo a una misión que probablemente no le traería demasiados réditos políticos. Cierto ninguneo al que el gobierno de Barack Obama había sometido al de Cristina Kirchner hasta ese momento era el costo político que debió pagar el gobierno argentino por haber abortado la iniciativa del Alca en 2005, durante la Cumbre de las Américas que se realizó en Mar del Plata. Su denuncia de la complicidad estadounidense con los golpistas hondureños no mejoró la relación con Washington. A Cristina no parecía importarle. Tampoco le tembló la voz a la hora de cantarle las cuarenta a los todopoderosos del G-20, proponer una reforma de la ONU, abolir el derecho a veto de los miembros del Consejo de Seguridad, denunciar a Irán o reconocer al Estado Palestino.
Esa mujer que en 2009 se sentía protagonista de una película, no sabía aún que el guión de la historia le reservaba giros dramáticos e impensados como la muerte súbita de su compañero de todo la vida, y que en medio de la feroz batalla política tendría que afrontar un duelo que –durante más de un año–, le impidió pronunciar en público el nombre de Néstor. Hasta hace menos de una semana sólo podía referirse a “él”. La heroína de la película, enfundada en un luto sombrío tampoco imaginaba –por aquel entonces– que en octubre de 2011 obtendría un arrollador triunfo electoral. Aquella noche en que alcanzó el 54% de votos, Cristina volvió a mencionar la película de la que se sentía protagonista. Poco después vendría el pedido de audiencia de Barack Obama. Al observar su protagonismo internacional uno podía adivinar que la experiencia suprema del dolor y de la pérdida iban a templar el alma de esa mujer amante de historias épicas, a la que no le gusta exponer su sensibilidad extrema, pero que –casi sin quererlo–, descubrió las honduras de su propia alma .
Diario Miradas al Sur
11-12-2011

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